la Asociación Americana de Psicología, la principal organización científica y profesional de este tipo en los Estados Unidos, reafirmó su posición sobre la violencia en los videojuegos. “No hay evidencia científica suficiente que corrobore un vínculo causal entre los videojuegos violentos y el comportamiento violento”, sentenció en un comunicado de prensa.
“La violencia es un problema social complicado que suele derivar de muchos factores que ameritan la atención de los investigadores”, dijo la presidenta de la APA, Sandra L. Shullman, PhD. “Atribuir la violencia a los videojuegos no es sólido científicamente hablando y desvía la atención de otros factores, como los historiales de violencia, que sabemos gracias a investigaciones que se tratan siempre de un importante vaticinador de violencia en el futuro“.
Sin embargo, la declaración sí advirtió que hay un vínculo percibido entre los videojuegos violentos y los “resultados agresivos, como gritar y empujar”. Pero, agregó, “estos resultados de la investigación son difíciles de extender a comportamientos más violentos“.
En 2018, luego de una trágica serie de tiroteos escolares, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se manifestó enérgicamente contra la violencia en los videojuegos y afirmó estar “escuchando a más y más gente decir que el nivel de violencia en los videojuegos está formando los pensamientos de los jóvenes”. Finalmente, creó una comisión para estudiar el tema, que en última instancia tuvo poco que decir sobre el impacto del entretenimiento en la violencia escolar.
